Saturday, December 25, 2004

La persistencia del odio

En todo el pensar occidental, lo judìo resulta de una u otra manera, escamoteado, oculto, descalificado, transfigurado, silenciado. Esto representa ,consciente o inconscientemente un "odio inextinguible" ( Freud ) que se vuelca sobre los judìos a lo largo de los siglos.

Asì,la marca que el judaìsmo imprime en la historia de Occidente es incesantemente borrada.Impregna todo saber,pero no es sabido.Imprime direcciones, pero es distorsionado.Opera y produce en forma permanente a travès de los tiempos,pero es relegado al papel de reliquia.

Nada de lo judìo pareciera puede ser legitimado y expuesto directamente a la luz. Siempre a lo judìo se lo ha pretendido obligar al disfraz y a la apariencia.

Se tomò la Biblia hebrea y se intentò una traducciòn traidora."La apropiaciòn de una fe por otra, la conversiòn de una doctrina en un dogma que niega a la primera, el deseo de tachar el texto original para atribuirse la ùnica versiòn vàlida dàndole a la otra el caràcter de superada o maldita,sì ha dado origen a hogueras,matanzas,persecuciones,pogroms y exterminios"(Gerard Haddad).

Ningùn genocidio se lleva a cabo sin algùn tipo de aquiescencia, por no decir,complacencia de los aparatos de poder: de lo contrario, quienes tienen los medios para detenerlo,lo harìan.Claro que para detener el horror, ademàs de los medios, es preciso tener la voluntad y la decisiòn de emplearlos. Esta suerte de colaboracionismo pasivo, esta falsa inocencia, es otra de las expresiones que adopta el odio hacia lo judìo.

Es asì como Faraòn niega una y otra vez la realidad que tiene ante sus ojos,la extingue, hace como que no existiera. No es su corazòn el duro, sino su sentido comùn.

La negaciòn de lo judìo, que en el saber popular adopta estereotipos y formas de mito, aparece en el discurso ilustrado s`lo relegado a una funciòn de mero "antecedente".A un fòsil(Toynbee)o a un hecho històrico cuyo ùnico mèrito habrìa sido dar origen al cristianismo.Hay allì una intenciòn aniquiladora.

Lo judìo como fuente negada, a pesar de la negaciòn, sigue nutriendo la Historia. Alguna vez en el cruce de los caminos de la Historia, Occidente eligiò la herencia griega y tachò la judìa. Si Grecia es el ideal para el Occidente gentil, el antiideal es Israel. Para salvar a Jesùs debe hacèrsele griego.

Hasta Hegel, el odio al judìo se basaba en razones religiosas, teològicas,econòmicas, de costumbres o de ideas. Sin embargo,este antijudaìsmo se transformarìa con los conceptos biologistas de razas superiores e inferiores, en antisemitismo, lo que desembocarà en la mayor tragedia de Occidente,el Holocausto.

Al judìo se lo trata de convencer de que su redenciòn sòlo es posible por la vìa de la conversiòn al cristianismo. De hecho, la primera tarea del judìo renegado Saulo de Tarso (San Pablo) fuè establecer ràpidamente diferencias con la "vieja" fe. Para ello se dedica a tachar, descalificar y desautorizar palabras,ritos,tradiciones y creencias del judaìsmo; esta tarea de "hacerse un lugar",prosigue en los evangelios y aùn perdura.

El cristianismo opera un sincretismo entre lo griego y lo judìo. Vehiculiza los contenidos metafìsicos griegos e impone y difunde como monoteìsmo sus concepciones fundamentales.Tanto Grecia como Israel son distorsionados y reducidos al ser apropiados por el cristianismo.Pero, lo griego ha muerto, pertenece al pasado y al no poder disputar la autoridad y hegemonìa de lo cristiano, puede entonces ser glorificado por este. Lo judìo, en cambio, crece a la par. No asume la condiciòn de anterior. No se siente superado por el cristianismo, como este pretende (Viejo Testamento en contraposiciòn a Nuevo Testamento.Lo viejo, antiguo y caduco vs.lo nuevo, joven y actual). Esta indeclinable vigencia de lo judìo, es lo que hace que sea preciso acallarlo,desautorizarlo,difamarlo;llegando al extremo: aniquilarlo.Segùn Poliakov, el cristianismo necesita del judìo vivo,pero humillado,para demostrar su superioridad.

Sòlo muy recientemente la iglesia ha comenzado a revertir tal actitud, al menos en su discurso.Lo que sòlo confirma el muy prolongado desconocimiento anterior.

Cuando Nietzsche anuncia la muerte de Dios, se refiere al dios cristiano. Al dios que nace muerto, puesto que su divinizaciòn es producto y efecto de su muerte. Es el dios ya muerto desde siempre;el dios crucificado.En el cristianismo la adoraciòn de la divinidad es solidaria de la veneraciòn al Muerto.Paradòjicamente este mismo se disfraza de adoraciòn a la vida o a lo real. La sola formulaciòn del anuncio de la muerte de Dios,es de naturaleza pagana.Sòlo los dioses paganos nacen, mueren, pueden renacer y volver a morir.

El D's de Israel, no tiene comienzo ni fin. Es el D's creador del tiempo, dispensador de vida. D's viviente. No se constituye nunca como sujeto de un enunciado ni como objeto de un saber.Menos como una imagen o una idea. No se representa ni se tienen visiones de El. La profusiòn de imàgenes de culto, es màs una herencia pagana que judìa.El judaìsmo aborrece la idolatrìa.

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